Siempre me toca esperar... (Anastasia)

Deje el coche aparcado en la calle de en frente de la universidad y me dirigí con paso lento hacia ella, no tenia prisa por echar mi matricula del segundo año, lo más interesante de la universidad eran las fiestas.. y horas libres con algún compañero o compañera atrevido, sonreí y abrí la puerta para ver la gradisima cola que había para echar la matricula. claro, entre todos los cursos que había... resoplé cogí un numero y vi que me quedaban al menos 60 por delante, no podía creer que hubiera tanta gente allí.. Espere dos segundos dando paseos de un lado a otro, hasta que me cansé y finalmente entre al baño, que por cierto estaba vació, ya podría haber alguien para entretenerme, en fin.. no había visto a nadie conocido allí fuera, así que me tocaba esperar aburrida. Me planté frente al espejo y peine mi cabello rubio son mis manos, luego saque mi neceser y me puse a retocarme un poco.

Menos mal que había venido pronto a echar la matricula de la carrera a la universidad. Cuando entre por la puerta me fije en la gran cola que ya esperaba para poder hacer el papeleo. Suspire resignada, cogiendo un papelito con mi número y esperando a que me tocara.
Estuve esperando una hora y dieciocho minutos de reloj, sin hacer absolutamente nada solo jugar con mi pelo. Cuando por fin me atendió una señora muy amable pero demasiado estresada, le di todos los pales y ella hizo con ellos lo que quiso y en poquísimo ya estaba alejándome del mostrador. Mire la gran cola que había, se podría decir que era el doble de la que había cuando había llegado. Pobres de los últimos.
Demasiado atontada, todavía me quedaban tres cuartos de hora para que viniera el dichoso autobús, a si que fui al baño.
No sé porque me sorprendí al ver una chica allí, con todos sus papeles, ya que es bastante normal. Le di una pequeña sonrisa, al parecer le tocaba esperar.
-¿Qué? ¿Esperando la dichosa cola?

Me retoqué un poco los ojos y los labios un poco y guarde todo de nuevo en el neceser, que volví a meter en el bolso que llevaba que había puesto sobre el lavabo para no cargar con él. Me lave un poco las manos y me las sequé en el secador de manos que había en el baño; justo cuando termine y me miraba de nuevo en el espejo entro una chica al baño, me pareció interesante y le mire durante unos segundos sin cortarme, luego le sonreí
-Si, me ha tocado esperar, aunque es culpa mía porque se me han pegado las sabanas...
Dije girándome hacia ella y hablándole con amabilidad mientras seguía mirándole con bastante curiosidad y atención; parecía simpatica y era bastante mona, esta bien, para que decir mentiras.

Me mire en el espejo, donde como siempre, solo veía mi reflejo. Busque en mi bolso, lleno de cosas que no me sirven para nada pero que siempre llevas por si pasa algo, el brillo de labios.
Mire a la chica que tenía delante mientras me miraba sin cortarse, pero no me molesto, simplemente la mire yo también la mire de reojo, con su largo pelo rubio calleándole por la espalda.
-Si quieres te puedo hacer compañía, yo tengo que esperar bastante tiempo hasta que llegue el autobús y sinceramente, me burro muchísimo sola.-
La volví a sonreír mientras seguía buscando el brillo de labios en mi bolso.
-Jope… ¿Dónde esta el dichoso brillo?-

La chica se acerco y se empezó a mirar en el espejo, ella me observaba de reojo y no me había hecho ninguna mirada de repulsión ni nada, así que supuse que no le molesto; me alegre, parecía aun más interesante.
-Pues te lo agradecería mucho, porque esperar tanto tiempo sola sin nada que hacer es realmente desesperante, comprobado.
Dije sonriendole amablemente, luego la escuche decir que buscaba su brillo de labios, sonreí y busque el mio en mi neceser, lo encontré y se lo tendí.
-Puedes usar el mio si quieres.
Sonrei de nuevo y caí en que no me había presentado.
-Por cierto, me llamo Irina, y tú?
Pregunte mirándole de nuevo, tenia la piel blanquita, me dije en sus ojos claros y en su pelo liso pelirrojo y finalmente en su piercing del labio, sonreí de nuevo.

-Si la verdad, el bastante horrible.- Dije sin mirarla todavía buscando en el bolso, sacando el monedero y las llaves para intentar ver mejor hasta que la chica siguió hablando. La sonreí agradecida cuando me tendió su brillo prestándomele. Me podía pasar horas buscándolo y no encontrarlo nunca.
-Muchas gracias, porque no tengo ni idea de donde está el mío… y dudo que lo dejara en mi cada. Creo que la próxima vez me cojo un bolso más pequeño.- Reí un poco al terminar de hablar y me gire para verme en el espejo y me di el brillo de labios. Era un color bonito, delicado y dulce. No pude evitar mirar a la chica comprobando que a ella realmente le quedaba bien con su pelo rubio.
Estaba cerrando el brillo cuando se presento. Después de todo se me había olvidado por completo presentarme y no me había dado cuenta de que no sabia ni el suyo.
La sonreí y le tendí mi mano a la ver que con la otra le tendía el brillo.
– Encantada soy Anastasia… Por cierto gracias por prestarme el brillo.-

-Dímelo a mí...
Dije suspirando y con voz cansada y aburrida; acepto mi brillo y se lo echo, no le quedaba mal, además ella era bastante mona. me dio las gracias y me tendió mi brillo mientras me comentaba que era raro que se lo hubiera dejado en casa y que la próxima vez cogeria un bolso más pequeño.
-De nada, es lo que siempre decimos, y al final no nos cabe nada y terminamos llevándonos el grande..
Dije medio riendo, al menos eso es lo que me pasaba a mi siempre, cogia un bolso pequeño empezaba a meter de todo y al final tenia que cambiar a uno grande porque no me cabía nada.
La chica se presento como Anastacia y me tendió la mano y el brillo, yo le di la mano amablemente y tome el brillo con la otra guardándolo en el neceser de nuevo.
-Igualmente Anastasia, tienes diminutivo? Dije sonriendo mientras me apoyaba en el lavabo.
Ahora que caía no la había visto por la universidad antes, quizás entrara en primero este año.
-Por cierto, este es tu primer año? no te había visto antes por aquí..

La mire como se apoyaba en el lavabo mientras yo volvia a mirarme en el espejo terminando de extenderme el brillo frotando los labios. La verdad es que era realmente guapa. Suspire pensando que siempre me equivoco en elegir a las personas.
Me coloque en frente de ella apoyada en una puerta mientras empezaba a jugar con un mechón de mi pelo distraídamente.
-Pues no… tengo motes pero todos tienen su razón. Puedes inventarte alguno, no me molesta.- La volví a sonreír sin saber muy bien que hacer o decir hasta que siguió hablando.
-Si soy nueva, entro este año. Y no conozco a nadie excepto a ti jaja-

Me fije como se apoyaba en una de las puertas del baño y jugaba con un mechón de su pelo, eso era algo que me parecía bastante excitable.
-A mi me gusta Ania como diminutivo para tu nombre; le sonreí mirándola fijamente, con el mío solo pega Iri.. Dije encogiéndome de hombros, así es como me terminaban llamando la gente que me tenia confianza.
-Bueno entonces ya puedes decir que conoces a alguien, a mi, le dedique otra sonrisa y me quite un mechón de pelo de los ojos.
-Y cuéntame que vas a estudiar? Dije preguntándole con bastante interés; me interesaba conocer a esa chica, por varios motivos, así que esperaba que no se molestara porque le preguntara cosas.

-Pues entonces tu me llamas Ania … y yo a ti Iri … Si quieres. – Volví a mirarla sonriendo mientras seguía jugando con mi mechón de pelo.
-Si la verdad es que es de agradecer conocer a gente. A sí que me alegro de conocerte.- Reí un poco mientras miraba como se colocaba el mechón de pelo que tenía delante de los ojos. Sonreí al ver como el mechón empezaba otra vez a colocarse delante de sus ojos mientras me preguntaba
Me acerque a ella y con mi mano se lo retire sujetándoselo entre otros dos mechones de su suave pelo, mientras hablaba.
[color=darkred]-Voy a estudiar medicina, la especialidad no la sé… ¿y tú?- Cuando termine de colocarla el mechón di un paso para tras sonriendo, - Parece que tienes un mechón un poco rebelde.-

-Claro, me parece bien, Ania dije respondiendo a lo de nuestros nombres, me caía muy bien esa chica, podríamos llegar a ser buenas amigas; aunque me quedaba una pequeña duda, pero eso ya lo averiguaría..
-Yo también me alegro mucho de conocerte me caes bien, reí con ella y luego vi como se acercaba para retirarme un mechón de pelo que me volvía a caer por los ojos.
Sonreí agradecida y luego me comentó que estudiaría medicina, pero que no sabia la especialidad.
-Yo estoy estudiando fisioterapia, sonreí y luego reí un poco al decirme que tenia un mechón de pelo rebelde.
-Si, eso parece, dije volviéndome a tocar el pelo de manera automática, entonces di un paso al frente y acaricie el suyo, de color pelirrojo.
-El tuyo es precioso y muy suave, susurre mientras pasaba mis manos con suavidad por su pelo, dependiendo de su reacción notaria si ella también se "divertía" con chicas, tanto como con chicos.

-Fisioterapia.- Dije repitiendo lo mismo que había ducho ella sobre su carrera.- Bueno siempre que quiera un masaje para descargar ya se a quien llamar.- La sonreí de forma picara esperando que no reaccionara mal, lo último que quería es que ahora se “asustara” de mi.
Me sorprendí cuando se me acercó a mi y me empezó a acariciar l pelo quedando las dos cerca. Cualquiera que entrara pensaría que estábamos haciendo lo que realmente estábamos haciendo, tontear.
Levante mi mano y acaricie mi pelo y su mano como si hubiera sido sin querer esperando que no reaccionara mal, y que fuera como yo.
-El tuyo también lo es.-

Ania repitió lo de fisioterapia y sonreí de forma picara como ella cuando me dijo que ya sabia a quien llamar cuando quisiera un masaje. Al parecer si era como yo, lo que me alegro bastante, así podríamos ser amigas y también divertirnos juntas, siendo así todo era más fácil.
-Cuando quieras, solo pídelo, si quieres podemos ir a otro sitio cuando salgamos de aquí y te lo doy..
Dije aun sonriendo de la misma manera y acercándome un poco más, bajando mi mano por su pelo hasta su cuello, hombros y brazos; note como rozaba mi otra mano también en su pelo y estuve segura que era igual que yo, lo que no me asusto para nada, incluso lo deseaba.
-Gracias.., dije al cumplido de mi pelo y puse mi mano como sin querer pero queriendo en su vientre .
-En realidad eres muy guapa, no solo tu pelo es bonito.. dije esperando más reacciones positivas por su parte.

Sonreí de forma picada ante su aceptación a darme el masaje y que si quería me lo podía dar ahora en otro sitio.
-Claro, me encantaría ver de lo que eres capaz… pero tendrás que decidir tu el sitio, ya que conoces esto mejor.-
Sentí como su mano se deslizaba por mi cuello y brazo hasta posarse en mi vientre mientras yo me mordía el labio sabiendo ya que Iri era como yo y que quería lo mismo.
Cuando escuche su cumplido no pude evitarme sonrojarme, siempre me pasaba al ser tan clara de piel, pero me dio igual estaba acostumbrada.
-Gracias.- Dije en un susurro, mientras alzaba mi mano, demasiado atrevida, y con un dedo recorría toda la línea de su mandíbula hasta casi rozar sus labios pero no llegue a atreverme. – Y tu también eres preciosa.-

Vi su sonrisa picara y le sonreí de la misma manera cuando acepto mi masaje y me dijo que le encantaría ver de lo que era capaz.
-Claro, podemos ir a mi casa si quieres..
Dije en voz bajita mientras seguí acariciando su vientre; note como se mordía el labio y eso era muy tentador.
Sentí como con un dedo recorría la línea de mi mandíbula hasta casi rozar mis labios, pero no se atrevía, entonces yo gire un poco mi rostro y me tope con sus dedos en mis labios, los entreabrí un poco y mordí ligeramente su dedo con sensualidad, mi mano se separo de su vientre un poco para subir un poco su camiseta y acariciar su vientre por debajo de la ropa, su piel era tersa y suave, antes de irnos, podíamos hacer unos preámbulos.

La miraba fijamente cuando giro su cara para coger el dedo con sus labios, mordiéndolo dulcemente, lo que hizo que diera un paso para delante acercándome a ella mientras sentía como su mano empezaba subirme un poco la camiseta y a tocarme el vientre.
Me acerqué totalmente a ella, metiendo una de mi pierna entre las suyas, juntando nuestras caderas y empujándola con cuidado comta el lavado.
Deje mi bolso en el lavabo de al lado y acerque mi cara a la suya quedando muy cerca mientras que con una mano empecé a jugar con un mechón de su pelo.
-Me encantaría ir a tu casa. Pero qué pena que todavía tengas que esperar para entregar la matricula, aunque hay maneras de pasar el tiempo.-

Anastacia se pego por completo a mi, lo que hizo que mi mano se cambiara a la parte baja de su espalda, pego sus caderas a las mías, metiendo una de sus piernas entre las mías y me empujo contra los lavabos con cuidado, sonreí pícaramente mientras ella jugaba con mi pelo y me empezó a decir algo. Sonreí con malicia y pícaramente cuando termino su frase.
-Podemos pasar ahora un rato agradable ahora hasta que me toque entregar la matricula y luego podemos ir a mi casa
Le di solución al problema mientras mi mano resbalaba por su trasero y luego por el muslo de su pierna y acerque mi rostro al suyo, casi rozando sus labios, esperando su reacción.

Sentí como su mano se deslizaba por mi trasero hasta llegar a mi muslo mientras Iri hablaba y yo me mordía el labio pensando en que realmente quería sus caricias.
Cuando acerco su cara a la mía no me eche para atrás sino que espere unos segundos y le mordí sin fuerza el labio inferior, tirando de él hasta que lo deje, pero nuestros labios se rozaban.
-Me parece muy buena idea.- Después la bese, dulcemente juntando mis labios con los suyos, esperando su reacción, y deslizando mi mano por su trasero y muslo.

Vi como Annia se mordía el labio, cosa que me tentaba mucho, pero más aun me tenso y excito lo que hizo después, mordió mi labio inferior tirando de él y rozando nuestros labios, me dijo que le parecía buena idea y luego me beso dulcemente mientras notaba su mano en mi trasero y mi muslo; le devolví el beso con la misma intensidad y pase mi mano por los laterales de su cuerpo y sus pechos. Empecé a adentrarme en su boca con mi lengua, mientras notaba sus caricias y la hacia estremecer con las mías.
A pesar de acabar de conocernos esa chica me atraía mucho y quería sus caricias y sus besos.

Sentí como me respondía a beso y me alegre. Poco a poco su lengua empezó a jugar con la mía, haciendo que nuestros besos fueran más intensos a la vez que me acariciaba los laterales de mi cuerpo, rozando mis pechos, deseando que no solo los rozara.
Mientras nos besamos cogí su pierna haciendo que se enrollara en la mía y poniendo mi mano en su trasero a la vez que la mano que tenía en su pelo se deslizó pos su cuello hasta llegar al escote de su camiseta y rozar la parte de arriba de uno de sus senos

Mi lengua empezó a jugar con la suya y el fuego se haciendo más intenso, mientras seguía acariciando su cuerpo por los laterales mientras ella enrollaba una pierna con la mía, colocando su mano en mi trasero y como su mano que acariciaba su cabello se deslizaba por mi cuello hasta llegar al escote de mi camiseta rozando la parte de arriba de uno de mis senos; tenia la necesidad de que me tocase, lo quería verdaderamente, jadee impaciente entre uno de sus besos, y tome uno de sus senos con una de mis manos para achucharlo pero sin hacerle daño mientras la otra mano bajaba por su cintura.

Nuestras respiraciones empezaron a aumentar de intensidad a la ver que nos besábamos y nos tocábamos. Poco a poco a mano de Iri acabo llegando a mi pecho por lo que también jadee entre los sus besos. Me gusto que jadeara ante el mero de que mi mano se acerca a su pecho por lo que termine por cogerlo en mi mano, masajeándolo sin hacerla daño con la ropa puesta.
Apreté más fuerte mi cadera contra la suya haciendo que mi pierna rozara levemente su sexo a través de la ropa deseando que desapareciera pero alguien podría entrar.
No me acordaba que estaba en el baño de las chicas de la uni, pero no me preocupó solo me excitó más.
-¿Sabes que nos pueden pillar en cualquier momento?- Dije con voz picara

Pude escuchar los jadeos de Ania cuando logré tocar su pecho, lo que me gusto bastante y yo también jadee con más intensidad cuando ella empezó a masajear uno de los míos; empezaba a sentir nuestras respiraciones más descontroladas y agitadas.
Se me escapo un pequeño gemido cuando ella acerco su cadera a la mía y su pierna rozo mi sexo, era como una llamara incitadora a que el roce fuera algo más que eso.
Escuche la voz picara de Ania diciendo que nos podían pillar en cualquier momento, lo que parecía más excitante aun, así que le dedique una sonrisa traviesa
-Eso me gusta... Le susurre sensualmente en su oído, por el cual luego pase la puntita de mi lengua juguetonamente, mientras mi mano bajaba de su pecho para colarse por el filo de su camiseta y subir para acariciarle su pecho por debajo de esta.

Sonreí cuando me dijo que eso la gustaba y apreté más mi mano del trasero acercando peligrosamente mis dedos a su sexo cubierto por la ropa.
Volví a besarla con fuerza mientras nuestras lenguas jugaban y nuestros labios se movían al mismo compas. Suspire cuando sentí que introducía la mano por el borde de mi camiseta y subía poco a poco pasa acariciar otra vez mi seno con el sujetador.
Le mordí el labio, sonriendo pícaramente mientras que mi mano que acariciaba su pecho se desliz debajo de su camiseta, por su espalda hasta llegar al broche del sujetador atreviéndome un poco más, y pasando a acariciar con un dedo el borde de su pecho ya con el sujetador suelto

Note su mano apretando mi trasero y como se aproximaba a mi sexo, lo que me alboroto mis hormonas y solté un gemido ligero con ansias.
Le respondí al beso de la misma manera, jugando con su lengua y saboreando sus labios; la mano que tenia en su pecho sobre el sujetador se movió a la parte de su pecho descubierta sin sujetador y acariciarla pasando mis dedos por ella, luego estire un poco de parte del filo del sujetador para bajarlo y encontrar su pezón el cual empecé a masajear con mi dedo índice mientras con el resto de la mano le cogia ese pecho.
Sentí como mordía mi labios, me encantaba eso y también que su mano se deslizara debajo de su camiseta por la espalda hasta desabrochar mi sujetador de manera atrevida, cosa que me gustaba; hice una leve queja cuando solo me tocaba el borde de mi pecho; mientras mis labios bajaban por su cuello jugando con mis dientes y mis labios en él.